Las películas de acción transitan por escenarios previsibles en su mayoría, pero “Black Widow” tuvo en la vida real un giro totalmente inesperado, que abre un escenario de evolución incierta a las plataformas de streaming y augura nuevas formas de contratación en una pulseada de grandes estrellas contra la nueva industria del entretenimiento de Hollywood.
La protagonista del filme, Scarlett Johansson, presentó una demanda contra los estudios Disney por presunto incumplimiento de contrato debido a que estrenó la película en simultáneo en cines y a través de su servicio pago Disney+. La actriz que interpretó a Natasha Romanoff afirmó que la compañía podrá obtener ganancias extras por el cable, que no serán parte de su compensación salarial, cuyo grueso llega de las entradas vendidas en las salas (aún puede verse en pantalla grande en Tucumán). La empresa, por su parte, alegó haber cumplido con lo pactado e incluso haber desembolsado U$S20 millones por el desembarco directo de la película en los hogares.
“La denuncia es especialmente triste y angustiante en su cruel indiferencia a los efectos horribles, prolongados y globales de la pandemia del coronavirus”, alegó Disney. “No es ningún secreto que está estrenando películas como ‘Black Widow’ directamente en la plataforma para incrementar su cantidad de suscriptores, y que se está escondiendo bajo el pretexto de la pandemia de covid-19 para hacerlo”, le respondió el abogado de Johansson, John Berlinski.
Hasta la semana pasada, la película acumulaba un total de U$S154 millones de boletería desde su estreno, sin contar con lo recaudado por el Acceso Premium de Disney+ (unos U$S60 millones más).
“Las estrellas del target de la hermosa y talentosa Johansson no firman un contrato si su contenido no ha tenido la correcta revisión y control de su abogado/a, y las compañías como Disney tampoco cierran un contrato ‘así nomás’. Las negociaciones son minuciosas y feroces debido a los montos que se ponen en juego y al prestigio, que también tiene un rol fundamental. Personalmente, creo que esta noticia es una estrategia para renegociar un acuerdo previo, que dejó afuera las posibilidades de que la artista incremente su porcentaje de ganancias con la difusión de la película a través de las plataformas virtuales. Seguramente, logrará una renegociación que la beneficiará”, sostuvo el abogado tucumano Juan Grande, especialista en Derecho Cultural y de Autor.
Más allá del resultado coyuntural, la pelea de fondo podría derivar en que los artistas (cuando su fama les permita) impongan un plazo de tiempo para que los filmes estén exclusivamente en los cines antes de llegar a la pantalla chica. O, si la billetera es el eje, tener un porcentaje de los ingresos de las plataformas. En uno o en otro caso, las reglas cambiarán a futuro.